Te doy la bienvenida a este cuaderno de ruta, con el que busco generar reflexiones sobre acontecimientos que pasan en el día a día; sucesos que nos hagan replantearnos nuestro actuar, nuestro modo de vida y sus consecuencias a nivel global. Seamos responsables con cada acto cotidiano y generemos una transformación para alcanzar una vida plena.

“Para ser parte de la solución tienes antes que admitir que eres parte del problema”

Stephen Covey

viernes, 18 de marzo de 2011

La revolución libia


“La revolución se produce cuando las masas hacen la revolución. Pero aunque la revolución la hacen los otros en nombre de las masas, puede ser revolución popular porque cuenta con el apoyo e interpreta su voluntad”. Estas son palabras textuales de Muamar Gadafi en una entrevista concedida en 1979 a Oriana Fallaci.

Ahora, en 2011, vemos la lucha del pueblo libio por obtener lo más básico  que puede pedir un ser humano: el respeto a su dignidad y a su libertad individual o, en palabras del propio coronel Gadafi “el pueblo, congreso del pueblo” se ha pronunciado. Pero el coronel ha olvidado sus antiguas concepciones y ha decidido someter a un duro castigo a quienes osan arrebatarle su poder, desoyendo las palabras de los ciudadanos, quienes piden ayuda a la comunidad internacional: “no queremos la lucha, queremos paz, libertad y democracia”, aseguraba un anciano libio.

A pesar de la solicitud de ayuda incesante por parte de la masacrada población libia, el Consejo General de la ONU ha retrasado su intervención, porque priman otros intereses, como son el petróleo, pues quieren evitar que la opinión pública árabe los señale como invasores o como una fuerza de ocupación con intereses petroleros. También, el control de flujo de inmigración hacia Europa por parte de Gadafi. Además de, entre otros intereses, las inversiones de miles de millones de euros del “líder” libio en la Unión Europea.

Y mientras se aprueba por fin la zona de exclusión aérea, los rebeldes libios tratan de resistir desesperadamente los ataques de las tropas fieles al régimen y la población civil atemorizada huye ante las represalias de los gadafistas. Es entonces como nuevamente son los ciudadanos del común que ante la búsqueda de sus derechos fundamentales por vías pacíficas, se convierten en víctimas de conflictos en los que priman lo intereses económicos y se ven envueltos en guerras de poder, donde se olvida que es la voz del pueblo la que debe prevalecer.